Reconócelo: tú también tienes un lugar en tu corazoncito para ese profe que te marcó cuando ibas a la escuela. Y ahora que tú también eres profe, ¡lo valoras mucho más! Cuando piensas en aquellos tiempos, ¿qué te viene a la mente? ¿Su pasión por la materia o su capacidad para explicar temas complejos?
A lo mejor era porque sus clases eran las más divertidas de todas. O quizá porque era muy agradable y siempre se aseguró de que te sintieras bien en clase y de ayudarte a desarrollar todo tu potencial.
Cada docente puede ser genial por muchas razones, y no solo porque sepa mucho de su materia y tenga controlada al 100% la gestión de sus clases. También puede ser porque es capaz de enseñar al alumnado a gestionar sus emociones, a conocerse mejor, cuidar de su propio bienestar y sacar todo su potencial.
Y es que muchos estudios en psicología del aprendizaje lo dejan bien claro: sentir emociones placenteras mientras aprendemos algo, ayudará a conseguir un aprendizaje mucho más significativo y perdurable en el tiempo.
El problema viene porque, a veces, no sabemos identificar nuestras propias emociones, detectar por qué las sentimos o la mejor manera de expresarlas. Y si no lo tenemos claro, puede dar lugar a frustraciones y malentendidos.
Si ya nos pasa en la edad adulta, ¡imagina en edades más tempranas, cuando aún estamos conociendo el mundo y aprendemos cada día sobre la marcha! Por eso, es importante ofrecer al alumnado educación emocional tan pronto como podamos.
Pero, ¿qué es la educación emocional, cuáles son sus objetivos y cómo podemos llevarla a nuestras clases? Si te quedas un ratito más, te lo contamos todo.
¿Qué es la educación emocional?
La educación emocional consiste en enseñar a identificar, entender, gestionar las propias emociones y sentimientos. Así, pueden expresarlas de forma eficaz, establecer metas positivas y desarrollar empatía, tan necesaria para reconocer y comprender los sentimientos y las emociones de las demás personas. A través de este proceso se fomenta la inteligencia emocional.
Por ello, la educación emocional en el aula tiene un gran impacto en el comportamiento del alumnado, pero además influye en sus aprendizajes y desarrollo como personas. ¡Y no solo eso! La educación socioemocional también ayuda al profesorado a entender mejor al alumnado, ya que pueden proponer actividades más motivadoras que despierten emociones agradables en sus estudiantes.
Visto así, parece que son todo ventajas, ¿verdad? Bueno, ¡lo parece porque es así! Enseñar educación socioemocional en el aula aportará muchos beneficios. Te seguimos contando los más relevantes.
7 razones para integrar la educación emocional en tus clases
Ya sabes que cuando eres profe, cada día es una nueva aventura y te encuentras algo diferente nada más cruzar la puerta de la escuela. Habrá días que el alumnado tenga una actitud genial y todo fluya que da gusto (consejito del día: aprovecha y saborea esos días al máximo). Y otras veces pasará lo contrario: no sabrás qué ocurre, pero parece que ese día ha caído una nube negra sobre la escuela.
La buena noticia es que puedes enseñar a tu clase las claves y habilidades necesarias para aprender a gestionar sus emociones y a desarrollar su inteligencia emocional. Y cuanto antes comiences, mejor: desde edades tempranas, el alumnado está más que preparado para aprender a entender sus propias emociones y a empatizar con las de los demás.
Y cuando el alumnado aprende estas habilidades, ocurren cosas maravillosas como estas:
- Se hacen más conscientes de su personalidad y su lugar en el mundo
- Aumentan su confianza y su autoestima, al reconocer sus fortalezas y necesidades
- Desarrollan mentalidad de crecimiento y mejora
- Su motivación para aprender cosas nuevas también aumenta
- Desarrollan mejores relaciones con el resto de la clase y de la escuela
- Participan de forma más activa en clase y su rendimiento académico mejora
- Fomentan su capacidad de toma de decisiones responsables y su pensamiento reflexivo
Se ha quedado un día estupendo para comenzar a trabajar estas habilidades en tus clases, ¿no crees? Pues veamos cómo puedes hacerlo.
¿Cómo llevar la educación emocional al aula?
Vale, ya hemos hablado acerca de las ventajas y beneficios que tiene la enseñanza de habilidades emocionales, ¿pero qué pensabas? ¿que te íbamos a dejar ahí sin darte más detalles sobre cómo puedes potenciarlas en tus clases? No way! Hemos preparado unas cuantas ideas y actividades para inspirarte y que puedas comenzar a aplicar la educación emocional en el aula desde ya.
Y, como con las plantillas de Genially ya tienes buena parte del trabajo hecho, no puede ser más sencillo. ¡Venga, ahí van!
Deja que el alumnado reflexione y tome sus propias decisiones
Genial, has dado con un tema que sabes que inspira o motiva a tu clase, y ahora toca sacarle el máximo provecho en el aula. ¡Ahora es cuando empieza lo bueno! Pero antes de seguir, es importante aclarar una cosa: para que el alumnado se implique de verdad en su aprendizaje socioemocional, no vale cualquier actividad y esperar a que ‘ocurra la magia’.
Asegúrate de darles la oportunidad de hacer algo que les encanta: expresarse con libertad y sentirse parte activa del grupo. ¿Cómo lo conseguimos? A través de actividades y dinámicas en equipo y en las que tengan que debatir sobre diversas emociones o escenarios. Sobre todo si estás empezando a aplicar la educación emocional en tus clases: podrán identificar y descubrir por su cuenta las diferentes emociones.
¿Qué te parece crear un diccionario de emociones? Podéis seleccionar varias imágenes con personas o personajes que expresen distintas emociones y clasificar las imágenes en base al tipo de emoción.
Este diccionario puede convertirse en un material de consulta o recurso al que recurrir siempre que tratéis las emociones. Además, dará lugar durante todo el año a todo tipo de reflexiones: cómo manifestamos cada emoción, qué pensamientos nos provoca, cómo nos hace sentir, qué podemos hacer al sentirla o la mejor manera de expresarla o detectarla en los demás…
Podemos crear un diccionario interactivo de emociones de forma muy sencilla gracias a las galerías de imágenes como estas:
¡Psss! ¿Quieres que no se pierdan ni un detalle? Añade la interactividad Ampliar a las imágenes y la verán a pantalla completa con solo un clic. Y si quieres dar más contexto a cada imagen que exprese una emoción, añade la interactividad Audio.
Aplica el storytelling
¿Recuerdas la última vez que te emocionaste con una serie o película? ¿Acaso fue por sus efectos especiales, por su fotografía o su vestuario? Puede que todas estas cosas aportasen su granito de arena para que te gustase más o menos, pero en verdad, lo que produce un impacto en nuestras emociones son las historias.
Y es que una historia bien contada, con situaciones y personajes con los que el alumnado empatice, es un recurso muy potente para enseñar sobre las emociones. Para ello, lo primero es conocer los intereses y preocupaciones de tus estudiantes. Después, podrás decidir qué tipo de historia llevar a tu clase y con qué objetivo. Una vez tengas esto claro, será hora de crear recursos y contenidos que expriman todo el poder del storytelling.
Por ejemplo, puedes contar una historia a través de un cómic como este. Puedes elegir los personajes, editar los diálogos y seleccionar distintos escenarios. Todo con el objetivo de crear una historia que encaje a la perfección con el alumnado.
Y por cierto… de los creadores de ‘Crea tu genially en un abrir y cerrar de ojos’ y ‘Enseña con experiencias de aprendizaje geniales’ llega:
‘¡Descarga tus creaciones en increíbles vídeos MP4!’
Si tienes un plan Edu Pro o Master, podrás descargar y compartir tus geniallys en vídeo y sorprender en tus clases con tus flamantes producciones. El Oscar al mejor guión original no sabemos, pero el de mejor docente ya es tuyo.
Reserva momentos dentro de la rutina diaria para que el alumnado se exprese
No tienes por qué esperar a proyectos y ocasiones más especiales en la escuela para tratar el aprendizaje socioemocional. Es más: si lo incluyes en el día a día y de manera recurrente, el alumnado percibirá las emociones y la educación socioemocional de manera mucho más natural.
No lo dudes: siempre es buena idea reservar momentos para conversaciones más distendidas en las que puedan expresarse libremente. Y así surgirán temas muy interesantes que te darán grandes ideas para futuras clases. Muchas veces no necesitamos buscar más allá para encontrar un tema que encaje en nuestras clases y resuene con nuestro alumnado.
Si prestas atención, seguro que te llegarán unas cuantas ideas. Por ejemplo: ¿se acerca la fecha de un examen o cualquier otro evento y notas a tu clase más nerviosa de lo normal? Quizá sea un buen momento para tratar el tema de identificación y gestión del estrés. Y si trabajáis en ello de una forma más relajada y divertida, les ayudarás a calmar esos nervios y aprenderán las herramientas para hacerlo de forma autónoma.
Prueba con recursos visuales y sencillos que capten la atención del alumnado, les ayuden a conectar ideas y les motiven a dar su opinión. Recursos como los mapas mentales o conceptuales, las listas y las infografías interactivas son geniales, como esta plantilla:
No temas reservar parte de la semana a promover actividades y dinámicas destinadas al aprendizaje socioemocional. Recuerda que cada minuto invertido en desarrollar las habilidades emocionales del alumnado impactará de forma muy positiva en su rendimiento académico y, lo que es más importante: en su autoconfianza y la relación con el resto de la clase y de la escuela.
Y ahora dinos: ¿con qué actividades te gusta trabajar las emociones en tus clases? ¡Somos todos oídos!