¿Eres del grupo de personas que piensa que no estaba presente el día que se repartió la creatividad? Si es así, tenemos que hablar. Quiero contarte que yo pensaba lo mismo, pero con el tiempo me he dado cuenta de que estaba equivocada: cualquier persona puede desarrollar el pensamiento creativo. Sí, tú también, aunque pienses que no.
El pensamiento creativo es mucho más útil de lo que parece. No creas que solo tiene aplicación en el trabajo artístico, ¡ni mucho menos!
La creatividad es la base de algunas metodologías como el design thinking o la solución creativa de problemas (CPS). Además de ser esencial para solucionar problemas, desarrollar tu creatividad refuerza tu autoestima, potencia tu capacidad para afrontar retos y, en resumen, mejora tu calidad de vida.
Vamos a ver de dónde salen las personas creativas y también algunos consejos para potenciar tu creatividad.
Una persona creativa, ¿nace o se hace?
Existe una creencia muy extendida de que la creatividad es un don innato. La tienes o no la tienes. Se cree que las personas creativas solo tienen que dejar que les llegue la iluminación y la musa les dicte ideas creativas a raudales. Pestañeas y ya, la inspiración viene a ti y solo tienes que dejar que fluya. Ja, ja, ja.
Estaría bien, sí, pero no es exactamente así como sucede. Ni mucho menos.
Todas las personas nacemos con idénticas posibilidades de desarrollar la creatividad, a no ser que exista alguna patología. No se puede decir que naces con o sin creatividad, porque no es algo tangible. No es como el pelo o el color de los ojos: ‘tengo el pelo rizado, los ojos grandes y la creatividad pequeña’. No.
La creatividad es algo así como una forma de pensar. Se define como la capacidad de generar nuevas ideas o de hacer nuevas asociaciones entre ideas conocidas, dando lugar a soluciones llenas de originalidad.
Para mí, una de las frases que mejor explica qué es la creatividad es esta:
‘La creatividad simplemente consiste en conectar cosas’.
Steve Jobs
¿Cómo se consigue?
El desarrollo del pensamiento creativo tiene mucho que ver con la educación que recibimos en la infancia, con la libertad que nos dan de expresar lo que pensamos y sentimos. Se relaciona con la curiosidad, el pensamiento crítico y el inconformismo. Y aunque estas características o habilidades no encajen contigo, no significa que no puedas desarrollar tu creatividad.
¡Claro que puedes! Pero nunca lo lograrás si no lo intentas. Es como casi todo en la vida: cuanto más tiempo le dediques, mejores serán los resultados.
Hay mucha teoría sobre el proceso creativo, las metodologías y las etapas a seguir, pero no queremos que te aburras. La idea es contribuir a que tu pensamiento creativo surja y se desarrolle con fluidez.
Deja atrás las creencias que te limitan, olvídate de lo de ‘no soy una persona creativa’. Si quieres, puedes comenzar hoy mismo a potenciar tu pensamiento creativo. ¿Qué tal si empiezas con estos consejos?
3 consejos para desarrollar tu pensamiento creativo
1. Haz cosas distintas a lo que haces cada día
Sal de tu rutina al menos un par de veces por semana. No me estoy refiriendo a que te apuntes a bailes de salón (que también estaría bien), sino a cosas mucho más simples como comprar en sitios diferentes, apagar la tele un rato para hacer otras cosas o volver del trabajo por un camino distinto al habitual.
Este consejo es difícil de seguir porque las rutinas nos resultan cómodas y nos dan seguridad. Pero lo cierto es que las rutinas también nos limitan: si nunca haces nada nuevo, es muy difícil que tengas ideas nuevas. La flexibilidad te ayuda a ver las cosas desde diferentes ángulos, una de las claves del pensamiento creativo.
2. Reserva una cita diaria con tu lado creativo
Por poco tiempo que tengas, dedica algo, aunque solo sean 20 minutos al día, a estimular tu creatividad a diario.
Es importante que sepas que no vas a conseguir ningún beneficio evidente en ese rato. Pero aún así, no estás perdiendo el tiempo, ¡no te equivoques! El beneficio está en dedicar tiempo, precisamente en permitirte no hacer nada. Para que la inspiración fluya necesitas dejar atrás tus expectativas de producir y darte permiso para ‘perder tiempo’.
Algo que funciona muy bien es crear una pequeña rutina creativa.
Pero, ¿en qué quedamos? ¿No era que la rutina era un estorbo para la creatividad? Hacer todos los días lo mismo durante el día entero, sí. Pero puedes aprovechar la fuerza que tienen las rutinas haciendo un pequeño gesto que asocies con la preparación de tu proceso creativo y que te ayude a ‘entrar en materia’. Mejor si es algo agradable.
Por ejemplo, encender una barrita de incienso, tomar un caramelo o utilizar un bolígrafo en especial. Sea lo que sea que elijas, utilízalo solamente para tu momento creativo y para nada más. ¿Por qué? Porque esa pequeña rutina te ayudará a entrar en situación, a desencadenar tu creatividad. Con el paso de los días, desarrollarás el hábito creativo y notarás que cada vez te cuesta menos.
3. Prueba tácticas ‘fuera de la caja’
Si no tienes ni idea de lo que quiero decir, prueba esto: cada vez que tengas un problema o contratiempo cotidiano, piensa en soluciones absurdas. Date la libertad de pensar cosas sin sentido durante un rato.
Por ejemplo, la suela de una de tus botas está despegada. La solución evidente sería llevar las botas al zapatero para que las repare, ¿verdad? Pues olvídalo. Siéntate con lápiz y papel y empieza a escribir posibles soluciones.
Practica la escritura libre, es decir, escribe sin pensar, sin pararte con la ortografía ni la puntuación, dejando que las ideas fluyan libremente. Apunta lo primero que te venga a la cabeza, por más absurdo que parezca. Como si pones que vas a sustituir la suela por una hoja de lechuga, ¡da igual! La clave es abortar cualquier intento de autocrítica.
Puede que en este caso no alcances ninguna solución válida (lo de la hoja de lechuga no te lo recomiendo), pero estarás practicando el pensamiento creativo. Cuanto más lo practiques, más fácil te resultará aplicarlo, y pronto aparecerán casos en los que sí te sirva para encontrar soluciones válidas.
Si sigues este consejo, estarás aplicando dos técnicas de creatividad: una especie de brainstorming individual y la escritura libre. Hay muchos otros ejercicios que puedes hacer, como crear un mapa mental o un diagrama de Ishikawa. A ver si te inspira esta plantilla.
¡Experimenta! Probar cosas nuevas te ayuda a entrenar tu cerebro y desarrollar tu pensamiento creativo. ¿Quieres compartir tus trucos para estimular la creatividad? Te leemos en los comentarios del post.